Melissa Nahmens y Maria Alejandra Bello nos presentan las mejores curiosidades de lectura en “Qué leer, Literatura para no literatos”. ¿Sabías que Umberto Eco, combina la escritura a mano con la computadora. Usaba los dos instrumentos, dependiendo de un estado de ánimo o una situación. Algunos asuntos requieren la lentitud de la escritura a mano, justamente porque el papel se resiste a la velocidad del pensamiento. Otros, se prestan mejor a ser tecleados, porque hace falta, literalmente, arrojarlos de sí.
Mas curiosidades literarias
¿Sabías que Victor Hugo se encontraba visitando Suiza y le ocurrió una particular anécdota en un restaurant? Como no sabía alemán, optó por pedir el plato más caro para asegurarse de que sería bueno, así que optó por un “Kalaische nach Rheinfall”. El camarero quedó sorprendido al comprobar que el escritor francés no quería comer, sino que prefería dar un paseo en calesa hasta las cataratas del Rin, también ofertado en la carta.
¿Sabías que el escritor alemán nacionalizado estadounidense Thomas Mann Premio Nobel de Literatura en 1929, acostumbraba a reunir por las noches a su familia y les leía lo que había escrito a lo largo del día? Su familia opinaba y discutía por lo que a veces Mann cambiaba su texto en base a ello.
¿Sabías que Georges Simeone marcaba ocho días en un calendario para dedicarlos exclusivamente a escribir, y cuatro días para relectura y correcciones? Las ideas básicas las iba escribiendo en una carpeta amarilla. Como escribía sin parar y tenía muchísimos lápices perfectamente afilados en su escritorio. Su mujer era la encargada de sacarle punta diligentemente a aquel ejército de grafito.
¿Sabías que muchos escritores han encontrado la inspiración en cafeterías? Claudio Magris, Larra, González Ruano, Ramón Gómez de la Serna y Sartre… En cambio otros solo escriben en su casa: Don De Lillo, Pío Baroja, Neruda, Doménico Rea. Por su parte, Mario Benedetti, necesitaba estar en casa para escribir una novela pero podía escribir poesía en cualquier lado.
¿Sabías que Umberto Eco, combina la escritura a mano con la computadora. Usaba los dos instrumentos, dependiendo de un estado de ánimo o una situación. Algunos asuntos requieren la lentitud de la escritura a mano, justamente porque el papel se resiste a la velocidad del pensamiento. Otros, se prestan mejor a ser tecleados, porque hace falta, literalmente, arrojarlos de sí.
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