Padres e hijos unidos por la escritura. Es común decir que “de tal palo, tal astilla” cuando nos referimos al legado de padres a hijos. En el caso de los escritores, no es tan común que la herencia sea la genialidad y la trascendencia, vivir a la sombra de un padre escritor  famoso, es en muchos casos una dura carga.

Pero ante la celebración del Día del Padre, hemos rescatado casos de Padres e Hijos unidos por el vínculo de la escritura en la literatura.

¿Se hereda la genialidad?

Escritores renombrados extendieron el  legado a sus hijos. ¿Se hereda la genialidad? Probablemente no, tratar de imitar un modelo de éxito aunque  sea con su propia voz y en su propio estilo, no ha sido fácil, pero es el camino que escogieron  estos hijos de escritores famosos.

Alejandro Dumas  y Alejandro Dumas hijo

Esta dupla causó una confusión terrible. En 1840, los literatos franceses no sabían cuál era cuál, y quién había escrito tal o cual  obra. Lo cierto es que Alejandro Dumas padre fue el autor de Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo. Mientras que su hijo escribió La dama de las camelias.  Cuando nació, Dumas hijo no fue reconocido, su padre tenía 22 años para ese entonces. Luego de 7 años,  la actriz Catherine Lebay tuvo una niña y le exigió que reconociera también al primogénito. Dumas hijo confesó más tarde: “Mi padre es un niño grande que tuve cuando era pequeño”.

John Fante y Dan Fante

John Fante no la tuvo fácil, nació en Denver, Estados Unidos, 1909 en el seno de una familia pobre de inmigrantes italianos. Su padre era alcohólico. A los 29 publica su primera novela pero fracasa. Su alivio económico llega cuando recibe una oferta de Hollywood, pero persistió en él la sensación de haberse vendido y sentirse como un mercenario de la pluma.

En 1937 conoce a la poeta Joyce Smart con quien tiene cuatro hijos. Dan es el segundo. Él se expresaría así: “Nuestra vida familiar era un infierno”. Para él su padre era  un tipo despreciable y, a la vez, un escritor insuperable”.

Cuando Dan era niño su padre le envió un correo desde Roma. Decía: “Me escribiste una carta muy bonita, limpia, clara, directa al grano. Tal vez seas un escritor, como yo. Piénsalo“. Pasaron muchos años y luego de la muerte de su padre, Dan abandonó el alcohol y comenzó a escribir. Recibió muchos rechazos y luego centró  su escritura en lo autobiográfico. Publicó la novela Fante, un legado de escritura, alcohol y supervivencia. La crítica afirma que Dan escribió como su padre en una especie de proceso autodestructivo. Charles Bukowski fue uno de sus principales admiradores.

Stephen King, Joe Hill y Owen King

Ya todos sabemos lo que representa  Stephen King para la literatura de terror, misterio y  ciencia ficción. Es un prolífico autor con ventas de más de 350 millones de copias, sin contar las innumerables adaptaciones de sus libros al cine. Casado con Tabitha Spruce de King, una escritora menos famosa que su marido autora de  8 novelas. Ambos tuvieron dos  hijos llamados Joel Hill King y Owen King.

Stephen no es un padre del todo idílico, ha admitido que su tercera novela, El resplandor, fue su “confesión” de que los hijos a veces se perciben como una carga agobiante. La novela estaba dedicada a su hijo, que para ese entonces  tenía 5 años. Joe creció y se hizo escritor sin recurrir a la fama del padre. Al comienzo nadie sabía de quién era hijo: “Lo más difícil para mí fue crear una identidad, especialmente como escritor. No en contra de él, no en lucha con él, sino a un costado: la pregunta era cómo encontrar mi carril”.

Padres e hijos unidos por la escritura.El más joven de los hermanos, Owen King también escribe. Ha dicho: «Es evidente que tengo una ventaja como escritor en términos de reconocimiento de mi nombre. Pero también es una desventaja porque la gente espera simplemente que haga un ejercicio de nepotismo. He de seguir trabajando para convencer».  En 2017 escribió el libro Bellas Durmientes, junto a su padre Stephen King.

Kingsley Amis y Martin Amis

Kingsley  fue un escritor británico de novelas, poesía, cuentos, ensayos, crítica y guiones para radio y televisión. En su juventud integró el  grupo de escritores conocidos como “Los iracundos”.  Martin Amis nació en 1949, cuando Kingsley tenía 27 años.

La relación padre e hijo fue un tanto complicada. Kingsley dijo un día que su hijo era “demasiado listo para resultar tan mediocre como escritor“. Tras la muerte de su padre, Martin escribió el libro Experiencia. Allí, describe con detalle la vida de Kingsley y su relación con el alcohol.

Martin de 70 años,  siempre tiene presente a su padre, cuando le han preguntado por la presión de la editorial, él dice que  no publica un libro por año aunque su padre sí lo hacía. Cuando le preguntan sobre poesía, Martin señala: Mi padre escribía poesía. Yo no“. Si le preguntan cómo ordena su biblioteca, responde: “Mis libros están divididos en dos áreas. Ficción y no ficción. Luego los ordeno por autores. Mi padre y yo, sin embargo, estamos juntos en un estante“.

Thomas Mann y Klaus Mann 

Escritor y ensayista alemán, aunque nacionalizado estadounidense, Thomas Mann está considerado como  uno de los más grandes escritores del  siglo XX. Logró el reconocimiento con  su primera novela Los Buddenbrock. Posteriormente publicó Muerte en Venecia y en 1924, su obra más reconocida  La montaña mágica. En 1929 recibe el Premio Nobel de Literatura.

Los Mann fueron una familia donde escribieron casi todos;  su hermano Heinrich Mann, sus hijos  Klaus, Erika, Golo, Monika, Elizsabeth  y Michael.

Klaus Mann, el segundo hijo figura a la cabeza de los autores europeos que integran la literatura del exilio. La vida de Klaus estuvo marcada por la rivalidad competitiva con el padre, la relación afectiva con su hermana y  su desequilibrio emocional que lo llevó al suicidio con una sobredosis de somníferos en un hotel de Cannes, después de la II Guerra Mundial. La historia de la familia Mann es una muestra  de lo difícil que puede resultar ser hijo de un escritor.

Sir Arthur Conan Doyle ​y Adrián Conan Doyle

El famoso creador del detective Sherlock Holmes fue Arthur Conan Doyle, escritor y médico británico.  Su prolífica obra incluye relatos de ciencia ficción, novela histórica, teatro y poesía.

Su hijo más joven, Adrián Conan Doyle no temió ser la sombra de su padre y también se convirtió en escritor. Además era corredor de carros, explorador  y  cazador.

Escribió una biografía de Sir Arthur  y fue el encargado de preservar su  legado al crear una fundación con su nombre en Suiza en 1965.

Adrián incluso intentó publicar los manuscritos “no publicados” del gran autor, pero tanto su hermana como diversos expertos confirmaron que dichos textos no habían sido escritos por Conan Doyle, el padre. Dedicó gran parte de su actividad literaria a escribir más aventuras de Sherlock Holmes, el personaje más famoso de su progenitor.

John Ronald Reuel Tolkien y su nieto Simón Tolkien

J.R.R. Tolkien pasó a la posteridad  por ser el autor de las novelas clásicas de fantasía heroica El hobbit, El Silmarillion y El Señor de los Anillos. Fue escritor, poeta, filólogo, lingüista y profesor universitario británico. Tuvo 4 hijos. Su tercer hijo llamado Christopher desde  niño, escuchó  las historias de Bilbo Bolsón en El hobbit y al fallecer su padre, se dedicó a organizar todas sus notas, algunas de las cuales estaban escritas en viejos recortes de papel.

Buena parte del material estaba escrita  a mano, y los nombres de los personajes cambiaban continuamente entre el inicio y el fin del mismo texto. Descifrar esto fue una ardua tarea, hacer que todo concordara.

El hijo mayor de Christopher, Simón Tolkien, por consiguiente, nieto de J. R. R. Tolkien, quiso seguir los pasos de su famoso abuelo y también dedicó su vida a la escritura y a ejercer la carrera de abogado. Ha escrito dos novelas, La Madrastra y La Herencia. Por lo visto, con temas alejados del camino de la fantasía.

“El sueño del héroe, es ser grande en todas partes y pequeño al lado de su padre”. Víctor Hugo

“Cuando yo tenía 14 años, mi padre era un ignorante insoportable. Pero cuando cumplí los 21, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años”. Mark Twain

“Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”. Gabriel García Márquez

Con información de Qué Leer


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