Este martes 07 de julio de 2020 inició la CXIV Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, realizada esta vez de forma virtual, debido a las limitaciones actuales a causa de la pandemia por COVID-19.

La Centésima Décima Cuarta Asamblea de la CEV, dio comienzo a las 9:00 a.m. con la Adoración Eucarística llevada a cabo por el Primer Vicepresidente de la CEV, Mons. Mario Moronta, desde la Diócesis de San Cristóbal.

Durante la adoración, Mons. Moronta se refirió al Salmo 137, manifestando que:

“Nos permite iluminar la situación que vivimos desde hace mucho tiempo y, ahora, endurecida por la pandemia que nos acosa y nos coloca ante situaciones de peligros mayores”, ya que “es un salmo que nos habla de la actitud del pueblo que atraviesa la amarga experiencia del “exilio”.

«El pueblo de Israel ha sufrido a causa de la mala conducta de sus dirigentes y está en una situación de desbandada y de desprotección”, y en una analogía entre lo descrito en el salmo y la situación del país, afirmó que el canto de alabanza de los venezolanos en medio de la situación actual, “es entonado desde los corazones de un pueblo que clama, lucha y se compromete por la verdad, la justicia y la liberación en el amor que viene De Jesús Sacramentado”.

A continuación, Mons José Luis Azuaje, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la CEV, dirigió las palabras de instalación de la Asamblea, presentando el panorama nacional y eclesial de Venezuela, expresó que «en el ámbito social, estamos atravesando por momentos históricamente difíciles para la humanidad» la situación actual se debe asumir con una percepción de esperanza, a la espera del momento del reencuentro.

Destacó que en estos tiempos de dificultad, «la palabra clave es que somos frágiles», y que ante todos los males que se ciernen sobre la esperanza, la respuesta es la fe.

Mons. Azuaje afirmó que los cristianos tienen mucho que aportar ante la situación actual, empezando por la esperanza y la defensa de la Dignidad Humana, y agradeció la labor realizada por Cáritas Venezuela durante los últimos meses, en respuesta a la difícil situación de los más desfavorecidos ante la falta de recursos alimentarios, necesidades intensificadas durante la pandemia.

También se refirió al júbilo por la firma del decreto de aprobación de la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, y pidió que en relación a ello, “todas las actividades que planifiquemos tengan ‘olor a pueblo’, desde la humildad y la sencillez».

Finalmente, recordó que «no estamos solos», y que la fe y el apoyarse en el Señor, permite estar en movimiento y «no paralizarnos por el miedo, por la desesperanza».

Por su parte, el Nuncio Apostólico en Venezuela, Mons. Aldo Giordano, expresó la salutación al Episcopado Venezolano, en la que señaló que «La experiencia que vivimos es una oportunidad crucial para redescubrir la universalidad de la Iglesia»

Y resaltó su admiración por cómo en Venezuela en medio de las dificultades están creciendo las comunidades solidarias, como las primeras comunidades cristianas, indicando que:

“Sin Dios, el hombre no sabe a dónde ir; ya no sabe quién es. Se convierte en una sociedad contra el hombre. Arriesgamos un humanismo inhumano”

Nuncio Apostólico en Venezuela, Mons. Aldo Giordano

En esta ocasión, las sesiones de la asamblea tendrán lugar solo durante las mañanas, iniciando hoy con el análisis de los desafíos de la realidad pastoral de la Iglesia en Venezuela ante la pandemia del COVID-19, dirigido por el Dr. Julio Castro, y a continuación se abordará la situación socio-política del país, presentada por el Dr. Benigno Alarcón.

Prensa CEV
07 de julio de 2020

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