El periodista especializado en criminalística, Javier Ignacio Mayorca, habló en la edición de “Crímenes Sin Castigo” de hoy sobre: “Auge del delito rapaz 

El auge del delito rapaz ha llegado hasta el punto en que las personas no tienen ninguna garantía de que podrán llegar incólumes a sus viviendas cuando se trata de trasladar las compras que han hecho en abastos o autormercados.

El acelerado deterioro de la situación socioeconómica del país definitivamente ha empujado a las filas del delito a personas que quizá en otros contextos de mayor estabilidad económica se mantendrían en los límites impuestos por las normas.

Hemos visto no solo los hurtos hormiga en el interior de los automercados, algo que ya describimos en una entrega anterior, sino también el asalto a personas que recién salen de los automercados y caminan por la calle con las bolsas en sus manos.

Estos hechos han sido reportados en lugares como la avenida Sanz de el Marques, en los Chaguaramos y Bello Monte. a menudo los perpetradores de estos robos son menores de edad, lo que dificulta aun más el manejo de tales situaciones.

Los asaltos por comida son llevados a cabo generalmente contra mujeres o personas mayores de los sesenta años de edad, que debido a tales condiciones se encuentran en una virtual indefensión.

La vulnerabilidad se incrementa debido a que la persona objeto de asalto por regla general tiene las manos ocupadas, precisamente, por la exigencia de llevar las bolsas con comida y otros víveres.

¿Qué se puede hacer entonces ante una situación de delito rapaz, en la que pareciera que no hay escapatoria?

Efectivamente, si se esta caminando solo por las calles sin vigilancia policial y con las manos ocupadas, lo mas recomendable es entregar las posesiones sin oponer resistencia. las medidas deben ser tomadas antes de que tales circunstancias se presenten, aplicando los principios de la prevención situacional.

En primer lugar, si es mujer hágase acompañar por una persona de sexo masculino, y de ser posible evite transitar por las calles que usted sabe estarán carentes de vigilancia y se prestarán para situaciones comprometedoras de su seguridad. este principio también aplica para las personas de la tercera edad.

Lo ideal es hacer la compra en un local ubicado en el interior de algún centro comercial, y llegar a esa instalación en un vehículo que también podamos utilizar para el regreso con los víveres. Pero sabemos que esto no siempre es posible. Por lo tanto, si no se dispone de tal vehículo, la estrategia a seguir podría ser ir al lugar a pie y devolverse en con las bolsas utilizando un taxi, siempre y cuando lo podamos tomar apenas al salir del lugar. Hay en caracas varios centros comerciales que ofrecen estos servicios.

Si le parece que esto es un costo muy elevado, piense solo por un momento lo que podría perder si le roban las bolsas con víveres, y junto a eso el riesgo que usted podrá correr al exponerse de manera innecesaria. Al colocar estos factores en una balanza quizá cambie de opinión y siga estas recomendaciones.

Se necesita comprender que en la Venezuela actual la seguridad es un estado de bienestar con un costo elevado y creciente.

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