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La comisión reestructuradora de Pdvsa «Alí Rodríguez Araque» evalúa presentar una propuesta de comercio  de lo combustible a operadores privados.

La comisión reestructuradora de Pdvsa «Alí Rodríguez Araque» evalúa presentar una propuesta que involucre al sector privado para comerciar combustible.

Esto con el fin de que empresas autorizadas puedan importar y distribuir gasolina y diesel en el territorio nacional.

La propuesta en cuestión refiere que los operadores usarían parcialmente la red de almacenamiento, la flota de distribución y las estaciones de servicio actualmente en manos del monopolio estatal.

La información de la agencia especializada Argus Media cita a dos miembros de la comisión presidencial creada el mes pasado para reestructurar Pdvsa

Según la nota de la agencia, la medida marcaría un cambio radical después de décadas de control estatal sobre la industria petrolera.

Desde la boca del pozo hasta la venta final, donde opera un cada vez más extendido mercado negro que tiene precios por el orden de US$2 por litro, como promedio, como resultado de la escasez.

Algunos altos funcionarios del gobierno creen que permitir que los operadores privados importen y distribuyan gasolina y diesel es la forma más rápida de reponer el suministro.

Desde que se desató la pandemia el combustible está casi agotado, lo que impide la distribución de alimentos y asistencia médica para controlar el brote de Covid-19.

La propuesta en discusión permitiría a los inversores o empresas privadas venezolanas comprar e importar gasolina y diesel

Además de distribuir el combustible en todo el país y venderlo desde las estaciones de servicio que Pdvsa les transferiría.

El combustible importado se descargaría en las terminales de Pdvsa que se encuentran cerca de sus refinerías en su mayoría inoperativas en los estados de Zulia, Falcón, Carabobo y Anzoátegui.

La distribución de las terminales a las estaciones de servicio sería manejada por los operadores privados, dijeron los miembros de la comisión

Pdvsa también transferiría docenas de camiones cisterna de combustible aún en servicio al sector privado para facilitar la distribución.

Los miembros de la comisión se negaron a identificar a las operadoras interesadas, pero una fuente aseguró que son venezolanos que no están sujetos a las sanciones de Estados Unidos o la Unión Europea, y que tienen los «medios y contactos financieros» necesarios para comprar combustible y buques cisterna.

Entre los obstáculos está la necesidad de formalizar precios de bomba más altos, que Venezuela mantuvo artificialmente bajos durante décadas, generando enormes pérdidas para Pdvsa.

Estado de alarma faculta a Maduro 

Una fuente del parlamento pro gubernamental Asamblea Nacional Constituyente dijo a Banca y Negocios que tal propuesta se desconoce y que, hasta ahora, lo que se está manejando es que Pdvsa ubique cargamentos de combustibles, a través de alianzas internacionales.

El informante dijo que la propuesta de abrir el sector combustibles a operadoras privados es complejo, pero el decreto de estado de alarma nacional da las facultades necesarias a Nicolás Maduro para que tome la decisión, sin necesidad de refrendo parlamentario, siempre que se trate de una medida excepcional para atender la crisis producto del impacto de la pandemia de coronavirus en el país.

En la Asamblea Nacional Constituyente el respaldo a Maduro es absoluto, por lo que un cambio de la legislación de hidrocarburos, incluso a escala constitucional, parece no tener obstáculo.

Las sanciones estadounidenses han tenido un efecto muy negativo en la capacidad de exportar crudo y comprar combustibles en mercados internacionales, por parte del ejecutivo de Nicolás Maduro, pero lo más grave es que la causa real de todos estos males es la parálisis de la industria, por malas políticas especialmente desinversión y falta de mantenimiento.

Recientemente, Pdvsa había tratado de reactivar la refinería de El Palito, en Puerto Cabello, para sacar al menos 30.000 barriles diarios de gasolina de 91 octanos, pero tales esfuerzos resultaron infructuosos.

En principio porque no se concretó el proceso de «canibalización» de equipos provenientes del Centro Refinador de Paraguaná, la segunda estructura de procesamiento de crudo a escala mundial.

Otro punto es que la Comisión «Alí Rodríguez Araque» también estaría evaluando la propuesta de la Cámara Petrolera de Venezuela de instalar una red de pequeñas refinerías modulares, que podrían enfrentar una situación de emergencia prolongada con alguna producción interna de base.

Debido a la cuarentena nacional, alrededor de 90% del parque automotor está inmovilizado o con circulación muy limitada, incluyendo al transporte público superficial. Hasta ahora, esa restricción ha resultado útil para capear los efectos de la escasez de combustibles y poder dirigir las precarias reservas al transporte de alimentos y otros bienes esenciales a los mercados.

Pero, las dificultades son crecientes, a tal punto que el período de siembra inminente está en claro peligro porque no es posible movilizar maquinaria y equipos para las labores, según ha denunciado Fedeagro por diversas vías, lo que significaría una mayor reducción de la producción interna de alimentos y, por ende, una más aguda dependencia de importaciones difíciles de costear.

Lea el informe completo aquí: Argusmedia

Con información de Banca y Negocios

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