En los últimos 10 años, la industria automotriz en Venezuela, que generaba 49,8%% de la demanda de autopartes en 2009redujo en 99,6% el ensamblaje de vehículos y disminuyó, a su vez, su consumo de autopartes a 1,8% del total del mercado. Esta situación marcó una ausencia irreparable y un ancla para la casi paralización de la industria autopartes del país.

Según informó Omar Bautista, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa), a Banca y Negocios, los fabricantes de autopartes que operan en Venezuela trabajaron, en promedio, a 15% de su capacidad instalada durante 2019.

La causa fundamental de esta situación está en que sus mayores compradores —las ensambladoras de vehículos— solo produjeron 459 unidades nuevas, mientras el mercado secundario de repuestos no tiene suficiente poder adquisitivo, la falta de materias primas es profunda y la competencia desleal se expande y penetra por todas las fronteras.

Las industrias de autopartes y de ensamblaje de vehículos se han hecho cada vez más invisibles con el cese de operaciones de empresas como General Motors en 2017, que generaba 4.500 empleos directos e indirectos. Actualmente, según datos de Favenpa, en el país operan unas 55 fabricantes de autopartes y solo tres ensambladoras de vehículos se mantienen activas: Ford Motors Venezuela,  Iveco Venezuela y Mack de Venezuela.

MMC Automotriz, Chrysler de Venezuela se mantienen inoperativas.

Así, lo que pudiera ser una bomba de oxigeno para la industria de autopartes, actualmente es una carrera de obstáculos: las exportaciones de este sector pasaron de 260.000 millones de dólares, hace 10 años, a 3,4 millones en 2019.

La exportación de productos nacionales debe cumplir con serie de requisitos que van desde la solicitud de licencias de exportación y certificados de origen con demora, la vulneración de los procesos de aduana y  hasta el reintegro de divisas al Banco Central de Venezuela (BCV).

Por tanto, la industria espera que en 2020 se apliquen medidas contundentes para promover y liberar la exportación y producción nacional, un paliativo a la situación de un sector que lleva años en recesión.

– Importaciones: la «competencia desleal» –

A raíz de una flexibilización de las importaciones, el mercado venezolano se ha visto inundado, especialmente, de neumáticos, baterías y pistones de aluminio que entraron al país exonerados de aranceles, Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la tasa aduanera.

Esta fue la situación registrada, según Bautista, durante el segundo semestre de 2019 y que amenaza con profundizarse, ya que el gobierno nacional extendió la exoneración de aranceles de importación de bienes muebles corporales,  nuevos o usados hasta el 30 de junio de 2020, según el decreto número 4.080, publicado en la Gaceta Oficial del 26 de diciembre 2019.

Con información de Banca y Negocios